Hace unos días un familiar de una persona cercana fué atacada por honorables miembros del ejército mexicano en Ciudad Juárez. No estoy hablando de uno de esos mequetrefes que le quieren hacer al narco. Se trata de un estudiante que tuvo la mala fortuna de toparse con retenes del ejército, y decidió seguir a otros automóviles que se desviaban del camino.

Después de dispararle, fué golpeado y asaltado. La familia trató de comunicarle a la prensa, de la cual no recibió respuesta alguna; ya ni decir de la policía municipal.

Creo que a éstas alturas sorprenderse está de más. Anticipar ésta clase de bestialidades es lo único que nos queda. Este es un estado a cargo de gente sin ideales, y sin vision. A aquellos politiquillos que han dejado la ciudad en manos de criminales y asesinos, provocando desventura a tanta gente, yo les deseo que en su próxima vida sean excremento de perro. O tal vez seria mejor pensar en alguno de los circulos Dantescos.

Y mientras tanto que nadie se atreva a dar la espalda a estos respetables representantes de la milicia nacional. Y pobre de aquél o aquella que se tope con una cuadrilla, en la noche cuando no hay testigos.